Todos los años lo mismo, el maldito cambio de hora. Y, de la misma manera que el que se efectúa en marzo me alegra la cara, el de otoño no puedo con él.

Soy perfectamente consciente de que, ni en invierno, tenemos la hora que nos corresponde. Por latitud, deberíamos tener el horario GMT, es decir, una hora menos que la actual en invierno y dos en verano. O, lo que es lo mismo, amanecer a las 6 de la mañana y anochecer a las 5 de la tarde. Pero, por mi actividad diaria, preferiría una y mil veces entrar de noche a trabajar si con ello consigo unas preciadas horas de sol después de la jornada.

Me gustaría que alguien me explicara en qué consiste el ahorro de energía. En trabajos que se realicen al aire libre, lo entiendo, pero en todo lo demás (fábricas, oficinas, etc.), las luces están siempre encendidas, así que no hay ahorro posible.

Así que, como siempre, volveré a levantarme con el sol (por poco tiempo) y saldré de trabajar de noche. Afortunadamente, ya queda menos para el próximo cambio al horario de verano. Eso sí, empiezo a pensar que esa filosofía de "huida hacia adelante" es en parte culpable de que el tiempo se nos pase tan deprisa.

Mal de muchos es consuelo de tontos: ¿qué tal lo lleváis vosotros?