Hoy hablaba con una amiga, radiante después de haber firmado el contrato de compraventa de su primera casa con su chico, sobre ese tema, el irse de casa. Es curioso el mecanismo mental que se establece cuando te independizas y te vas de la casa de tus padres para vivir por tu cuenta (en mi caso con mi novia).

La primera noche es emocionante, aunque si ya has pasado vacaciones o alguna temporada fuera del nido paternal, quizás no resulta una experiencia novedosa. Los primeros días son, casi, como si estuvieras en un lugar de veraneo. Sabes dónde están todas las cosas (las pocas que tienes, ya que todavía falta de todo), no tienes que decir a nadie dónde vas cuando sales ni de dónde vienes cuando entras, pero no llega a ser tu casa. De hecho, lo más normal es que te refieras a ella como "el piso". También ocurre esto cuando te lo has comprado y todavía no estás viviendo. Expresiones como "nos vamos al piso", "vamos a ver cómo va el piso", "nos quedamos a dormir en el piso", son de lo más normal. Y cuando vas a comer el domingo a casa de tus padres, simplemente, vas a "comer a casa".

Pero, de repente, y sin previo aviso, un día la mentalidad cambia. Tu casa deja de ser "el piso" y se convierte en "tu casa". Ya parece que llevas allí viviendo toda la vida, lo tienes todo a tu gusto y no te falta de nada de lo que necesitas. Los domingos vas a comer a "casa de tus padres". Y, por supuesto, invitas a tus amigos a tu casa.

En nuestra conversación de esta mañana no hemos logrado discernir cuándo ocurre. Espero que cuando le ocurra a ella se dé cuenta y pueda arrojar algo más de luz sobre este misterio.

Para vosotros, los que os hayáis independizado, ¿cuándo comenzó vuestra casa a ser "vuestra casa"?