Como parte del #15m me declaro una persona pacífica y condeno radicalmente

todo tipo de violencia: la de los violentos infiltrados en nuestras

manifestaciones, y la del Estado, que ha causado más dolor y heridos.

Además, condeno la manipulación mediática que enfatiza la información

sesgada, parcial o errónea con el propósito de demonizar a los

ciudadanos.

Si me manifiesto en la calle es porque:

  • Mi

    participación como ciudadano se ha reducido a votar a listas cerradas

    cada cuatro años para ver cómo los representantes de los ciudadanos no

    respetan lo prometido en su programa.

  • Se hacen leyes a favor de grupos de interés en vez de hacerlas a favor del conjunto de la sociedad.
  • Se

    invierten recursos públicos para ayudar a minorías poderosas, y no a

    quienes están pasando situaciones desesperadas ocasionadas por la

    especulación financiera.

  • Los grandes partidos están más preocupados por mantener su poder que por ofrecer soluciones para superar esta crisis histórica.
  • Está

    a punto de firmarse un “Pacto del Euro” que consiste fundamentalmente

    en medidas para reducir la inversión pública en servicios esenciales.

  • Desde

    diferentes órganos del estado se ha insultado a los ciudadanos, e

    incluso se ha justificado el recurso a la violencia contra manifestantes

    pacíficos.

Como

parte del #15m, acepto y respeto la diversidad ideológica del

movimiento. Cuando participo en una manifestación no reclamo un régimen o

una ideología en concreto, ni un modelo social no democrático, ni la

eliminación de los partidos o los parlamentos. Lo que reclamo es una

democracia mejor y más humana que, entre otras medidas, necesita

urgentemente:

  • Cambios

    en la Ley Electoral para permitir una mejor y más directa

    representación de los ciudadanos en los parlamentos y una mayor

    participación ciudadana en las decisiones importantes.

  • Aprobación

    de una Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública para

    obligar a la publicación en formatos adecuados y reutilizables de todos

    los gastos, decisiones y reuniones con grupos de presión por parte de

    funcionarios y cargos públicos.

  • Tolerancia

    cero a la corrupción de candidatos y cargos públicos, y controles

    ciudadanos para la exigencia de responsabilidad política.

  • Separación clara, real y efectiva de los poderes del estado.
  • Control fiscal efectivo de grandes fortunas y operaciones financieras; eliminación de privilegios fiscales a cargos electos.
  • Políticas encaminadas a solucionar de forma efectiva los problemas hipotecarios y de vivienda.
  • Servicios públicos de calidad, fundamentalmente salud, justicia y educación.
  • Eliminación

    de las leyes que permiten el control administrativo de Internet. La red

    ha demostrado ser esencial para la libertad de expresión y para

    responder al peligro de manipulación mediática.

Por todas estas razones volveré a salir pacíficamente a la calle el 19 de junio, #19j.

Si estás de acuerdo, aprópiate del texto y divúlgalo (enlace al documento original)