Si hiciéramos una lista de los personajes más icónicos de los videojuegos, seguro que Lara Croft estaría en ella. La despampanante arqueóloga ha sido protagonista de una buena cantidad de títulos en diversas plataformas a lo largo de varias generaciones, desde su estreno en 1996 en Sega Saturn (la versión original), Sony PlayStation y PC, así como de un par de películas en la gran pantalla.

Sin embargo, y pese a haber tenido los tres primeros capítulos en su versión "Princo" para PlayStation, más el original de Saturn, y la remasterización en HD lanzada en PS3, no ha sido hasta ahora que me he puesto a jugar de principio a fin con la señorita Croft. Y ha tenido que ser, precisamente, con el último, lanzado para PS3 y XBox360 (la versión que nos ocupa), que supone un reinicio de la saga. Con el primero de ellos me pasó siempre como en su momento con Metal Gear Solid: lo probaba un ratillo pero nunca me ponía en serio a avanzar.

Antes de empezar, simplemente comentar que es curiosa la retroalimentación que ha habido entre esta saga y Uncharted. Siempre me pareció que Uncharted era una mejora sobre la fórmula clásica de Tomb Raider. Y, ahora, Tomb Raider se "reinicia" tomando como base el ejemplo de Uncharted.

Como siempre, voy a dejar de lado el argumento, ya que prefiero que el posible jugador lo vaya desentrañando por sí mismo, y centrarme más en algunos detalles y, especialmente, las sensaciones que me ha transmitido durante las horas (no demasiadas) que me ha llevado completarlo (al 67%).

El juego es visualmente muy impactante. Sobre todo porque los gráficos no tienen ese "toque plasticoso" que ha caracterizado a la mayoría de títulos de su generación. Si acaso le podemos criticar que la imagen es un poco oscura. Pero, afortunadamente, el brillo se puede graduar desde los parámetros de configuración. El despliegue gráfico se ve perfectamente complementado con una colocación muy inteligente de la cámara, que no se limita a seguirnos por detrás sino que, según la escena y el entorno, se va recolocando para darnos la mejor y la más espectacular perspectiva.

Podríamos decir que la puesta en escena es totalmente cinematográfica. Y eso tiene un pero. Aunque da la sensación de que nos movemos en un "mundo abierto", ya que estamos en una isla cuyo mapa podemos consultar, en realidad la acción es muy pasillera y está muy guionizada. No creo que sea un defecto en sí; el juego me lo ha hecho pasar en grande. Y pienso que es la única manera de conseguir transmitir cierta emoción en algunas situaciones y de que los creadores del juego puedan imponer cierto ritmo en la acción, como si de una película se tratase. Pero sí que es cierto que tenemos una sensación de falsa libertad.

En cuanto a la dificultad, tras haberlo completado en nivel medio he de decir que es muy asequible. Y esto es debido a varios aspectos:

  • La partida se guarda automáticamente en ciertos checkpoints pero, además, cada vez que recogemos un objeto o realizamos una mejora en un campamento. Con lo cual, si nos matan prácticamente volveremos al mismo sitio. Sin llegar al nivel de Prince of Persia, prácticamente no nos obligan a rejugar nada.
  • Lara tiene un "instinto de supervivencia" mediante el cual la interfaz del juego nos marca los elementos importantes, lo cual simplifica la resolución de los (escasos) puzzles que encontraremos.
  • Durante el progreso de la aventura podremos recolectar nuevas armas y mejorar las que ya tenemos. Somos nosotros quienes elegimos las mejoras que iremos aplicando en cada momento, a partir de los puntos de experiencia que vayamos consiguiendo. Debido a ello, si nos centramos en evolucionar nuestro personaje conseguiremos que los combates con los enemigos sean más sencillos, con lo cual la dificultad se desequilibra un poco (a nuestro favor).

También he de comentar que, al menos en mi opinión personal, una vez completado el juego no hay nada que invite a seguir jugando para obtener el 100%, más allá que el ánimo completista de cada uno. Esto es normal cuando el juego se ajusta tanto a un guión, como ya he comentado antes. Y, una vez que acaba la película, poco más hay que hacer.

A modo de resumen rápido, en una frase, este Tomb Raider es uno de los juegos más bonitos y entretenidos (que no desafiante) que he tenido oportunidad de jugar en los últimos años.