Como contaba hace unos días, mi "vieja" PlayStation 3 FAT dejó de funcionar. Una mirada a la estantería llena de juegos me puso en la disyuntiva de qué hacer. La primera opción, por supuesto, es no hacer nada. Una alternativa de ésta es vender los juegos, lo cual sería una pena teniendo en cuenta que a unos cuantos ni he jugado, y me gustaría hacerlo. La segunda opción es arreglar la consola. La tercera, comprar una nueva.

Estas dos opciones en realidad no son del todo excluyentes. Si quiero recuperar mis partidas grabadas necesito arreglar la consola. Así que el primer paso será averiguar si tiene arreglo y qué implica.

Después de mucho leer en Internet, lo que he entendido (y probablemente no esté en lo cierto) es que el fallo de la consola se debe al uso, en las soldaduras de la placa, de cierto tipo de estaño libre de plomo. Al parecer, la ausencia de plomo se debe a un requisito de la legislación medioambiental que hace que las soldaduras no sean tan fiables como las de antaño. Por eso las consolas de anteriores generaciones no fallan por este motivo. Esto unido a deficiencias en el diseño de la consola en cuanto a la generación y disipación de calor, así como los cambios de temperatura que se producen al encenderla y apagarla, hace que algunas soldaduras fallen, especialmente en la CPU o el procesador gráfico.

Ya había leído en su momento que la gente las "arreglaba" con métodos tan exóticos como usando un secador de pelo o metiendo la placa en un horno. Unos métodos bastante chapuceros pero, ¿hay alternativas?

Seguimos buscando información, y lo primero que sorprende, además de que hay muchos establecimientos donde dan este servicio de reparación (lo cual indica que es un problema común), es la diferencia de precio entre unos y otros. Alguna diferencia tiene que haber. Tras más indagaciones llegamos a la conclusión de que hay dos tipos de reparación: el reflow, que es más o menos lo que se consigue con el secador o el horno, pero de una forma más "profesional", y el reballing.

El reflow está sobre los 40€, mientras que el reballing se puede ir a los 100€ o más. Mientras que el reflow consiste en dar calor a la placa para que el estaño se funda ligeramente y se vuelva a solidificar, "regenerando" (por decirlo de alguna manera) las soldaduras. El reballing consiste en sustituir el estaño de las soldaduras por otro de mejor calidad (incluso podría ser que con plomo), de ahí la diferencia de precio. Aquí, como siempre, volvemos a toparnos con la picaresca nacional, ya que hay sitios que se publicitan como reballing pero lo que hacen es un simple reflow. Afortunadamente, en los foros siempre podemos encontrar listados con valoración de estos servicios de reparación, confeccionados por la comunidad.

Una vez con toda la información, es momento de tomar una decisión. En ninguno de los casos, una reparación te garantiza que la consola no vuelva a fallar al cabo del tiempo, por lo que la opción de comprar otra nueva gana peso. Al menos son dos años de garantía. Además, las nuevas PS3 Super Slim son más pequeñas, ligeras, "silenciosas" y, se supone, más fiables. Pero seguimos teniendo el problema de las partidas.

¿Pagar 40€ por un reflow para poder recuperar los datos? En eso estaba, pero la otra tarde, me lié la manta a la cabeza, cogí el secador de mi mujer y me la jugué con ese método. Sobre todo por que así podía emplear los 40€ en otra cosa (que veremos después).Y funcionó... a medias. Con gran sorpresa por mi parte, la consola encendió, pero al par de minutos se volvió a apagar. Esta vez, eso sí, el síntoma era distinto: mostraba un mensaje diciendo que la consola se había sobrecalentado y se apagaba automáticamente por seguridad.

El uso del secador tiene un efecto secundario poco deseable: los plásticos de la consola se deforman debido al calor aplicado. Visiblemente se podía apreciar en la rejilla trasera de ventilación, pero tenía que haber algo más. Volví a encenderla y, nuevamente al rato, el mensaje de sobrecalentamiento. Problemas de temperatura y no se oye girar el ventilador. Aquí ocurre algo.

Volví a desmontar la consola (ya la había desmontado primeramente cuando evalué aplicar el método del horno) y ahí estaba el problema. El plástico que rodea al ventilador también se había deformado y lo estaba gripando. Nada que no se pueda arreglar con un cutter. El ventilador volvía a funcionar y la consola permanecía encendida.

Por fin tenía la consola funcionando de nuevo, al módico coste de cero euros. Consciente de que esta solución es temporal, y no se sabe cuánto de temporal, el siguiente paso es hacernos con una nueva consola y traspasar los datos. Recomiendo hacer una limpieza previa de los datos que vamos a copiar para que este proceso dure lo menos tiempo posible, ya que las probabilidades de que la consola vuelva a fallar son bastante altas.

Ahora el problema es económico. El modelo más barato de PS3 se puede encontrar por unos 170€ (sí, no son nada baratas), pero ese modelo sólo trae 12GB de almacenamiento interno. Aunque había hecho limpieza, los datos que tenía en mi consola antigua ocupaban más de 12GB. Aquí me podía haber arriesgado a borrar todo menos las partidas grabadas. Cuando digo todo, me refiero a juegos descargados de PSN y actualizaciones de juegos. Se supone que cualquier cosa que hayas comprado en PSN la puedes volver a descargar, pero no me fío (entre otros tengo comprados el Out Run Online, que ha sido retirado de la PSN por haber finalizado la licencia con Ferrari), así que necesitaba más de 12GB en la consola nueva. Aquí es donde entran en juego los 40€ que había "ahorrado" al "repararla". Compré un disco duro de 500GB y el adaptador para la PS3 Super Slim. Ya tenía todo el material para poder hacer el traspaso.

Hago un inciso para comentar que, cuando fui a Game a hacerme con la nueva consola, el dependiente me advirtió de que no valía cualquier disco duro para ella, que tenía que comprar el "oficial" y que estaba agotado. La verdad es que no sé de qué hablaba, aunque sembró la duda. Efectivamente, el que no sabía de qué hablaba era él, cualquier disco que cumpla ciertas características, a saber, 2,5 pulgadas, interfaz SATA y 5.400 rpm es válido para su uso con la PS3. La consola lo formatea al arrancar y listo. Pobre dependiente, a cuánta gente habrá engañado...

Ya sólo quedaba traspasar la información siguiendo los pasos que podemos encontrar en la página de ayuda de PS3. Dejé la copia haciéndose por la noche, con la ventana abierta y la consola semiabierta, para tratar de refrigerarla lo más posible, y me fui a dormir. A la mañana siguiente me levanté y fui a ver con qué sorpresa me encontraba. La sorpresa fue que la PS3 antigua seguía encendida y los datos se habían copiado correctamente.

Y hasta aquí mi aventura. Se me ha hecho muy raro comprar una PS3, estando ya la PS4 en las tiendas y sabiendo que, probablemente, la compraré en algún momento, seguramente coincidiendo con el lanzamiento de Gran Turismo 7 o GTA VI.

Pensaba, iluso de mí, que la consola podría tener una (corta) segunda vida en manos de Miguel, al que se la dejé para que pudiera disfrutar por primera vez de la saga Uncharted. Pero parece que no aguantó ni media hora más.

Pues jugando al Uncharted en una PS3 secador edición cortesía de @falvarez. A ver cuánto dura. pic.twitter.com/OLgqXKP4C4
— Miguel Prada (@MiguelPrada) June 9, 2015