¿Tiene sentido tener una cámara de fotos en 2020?
En 15 años las cosas vienen y van. Flickr ha sido una de ellas.
Tomada esta misma mañana
De siempre me ha encantado mirar fotos de lugares. Fotos antiguas y fotos recientes. Y mucho más interesante resulta poder contemplar el mismo lugar con el paso del tiempo, comparando fotos realizadas con la misma perspectiva en distintos momentos temporales.
Hacía tiempo que no veía en Madrid una nevada como la que ha caído hoy. Afortunadamente he tenido suerte porque cuando iba hacia el trabajo todavía no había cuajado demasiado y, luego por la tarde, a la vuelta, tampoco he tenido demasiados problemas con el coche.
Bueno, pues por fin se acabó la Navidad. Una navidad un tanto extraña, por primera vez en cuatro años sin vacaciones (sólo pude cogerme un par de viernes, que tampoco está mal) y que se ha pasado relativamente rápido, sin un auténtico "espíritu navideño", no sé si como un sentir común motivado por la crisis o una simple apreciación personal.
La semana pasada escuché a mi compañero Emilio comentar que tenía pensado acudir a la jornada de puertas abiertas del Congreso de los Diputados, para curiosear y sacar algunas fotos. El plan me gustó y, sin pensármelo mucho, me "acoplé". Así que en eso quedamos, el domingo por la mañana iríamos para allá.
Dicen por ahí que no hay dos sin tres. Pues bien, el fin de semana pasado tuve ocasión de ir, por tercera vez consecutiva, a ver un partido del Estudiantes en casa, esta vez enfrentándose al Unicaja (o, como le gusta más a sus seguidores, el C.B. Málaga).
El pasado día 9 de septiembre (la noche entre el 9 y el 10) cayó en Madrid una tormenta de las que hacen historia. Antes de que empezara a caer agua (y granizo), se pudieron observar numerosos rayos.
La verdad es que este año está haciendo un verano atípico, o es me parece a mí. Principalmente porque no está haciendo nada de calor.
Yo sigo con mis fotos retocadas de la Luna.
La semana pasada, coincidiendo con la "luna llena de verano", bajamos a hacer unas fotillos. Echando un vistazo al álbum correspondiente, salieron bastante mal, quedando patente lo mucho que tengo que mejorar como fotógrafo.
Las caminatas por el monte dan para mucho, en especial para charlar con los amigos de un montón de cosas. Entre ellas, Iñaki, amante de la fotografía, me comentó la existencia de un software que permite añadir algunas funcionalidades a las cámaras Canon (las de la serie IS, como la mía, y algunos modelos más).
Este pasado Puente de Mayo en Gistaín, durante las largas caminatas que nos hemos pegado por la montaña, he aprovechado para ir cogiéndole el punto a mi cámara de fotos. Uno de los retos que me he planteado ha sido disparar todas las fotos en modo manual. Como era de día, la verdad es que tampoco ha sido demasiado difícil. Eso sí, he usado el enfoque automático, no le tengo cogido el punto al enfoque manual con los cursores. Preferiría girar el objetivo, como se ha hecho toda la vida, pero mi cámara no lo permite.
Esperando que llegue ya el buen tiempo, para poder salir a la calle con cámara en ristre, de momento me conformo con leer cursos, tutoriales, foros y blogs, como Xataka Foto, para ir abriendo boca y culturizándome en esto de la fotografía.
Ya con una cámara en condiciones, esto es, más o menos, lo que ven mis ojos cuando me levanto, en un día con el cielo raso:
Al final, tras muchas tribulaciones, la "afortunada" fue la Canon Powershot S5 IS.
Pues todavía no lo tengo claro. Como dije, estoy entre la Canon Powershot S5 IS y la Panasonic Lumix DMC-FZ18.
Como ya ha llegado a su fin (la odisea), creo que es buen momento para contar mi historia de amor-odio-desencuentro con las cámaras de fotos digitales.
A continuación reproduzco un fragmento de un correo que envié a la lista de amigos, relacionado con las vacaciones de la pasada semana. En concreto, con cosillas que llevaron y que me llamaron la atención.