Ahora que la Iglesia Católica está tan en primer plano de la actualidad, y para descansar un poco de la densidad narrativa del Quijote, he elegido este título, presentado como una novela de misterio con un tema de fondo que resultará familiar: El cuadro de La Última Cena, de Leonardo Da Vinci.

  • Autor: Javier Sierra
  • Año: 2004
  • ISBN: 84-672-1092-3

Efectivamente, la temática es muy parecida a la del (creo que inmerecidamente) famoso Código Da Vinci. Sin embargo, la forma de tratarla es bien distinta y, personalmente, este libro me ha convencido mucho más que la novela de Dan Brown.

Javier Sierra nos narra en primera persona la historia de un inquisidor Dominico al que se le encarga la investigación del ambiente milanés de finales del siglo XV, en previsión de que alguna herejía se esté cultivando en la corte de Ludovico Sforza. Un misterioso personaje, el Agorero, está enviando mensajes en los que avisa de la recuperación de un culto ancestral que pondrá en peligro el poder papal.

El padre Leyre, nuestro investigador, se verá envuelto en una trama en la que la parte más oscura de la Iglesia Católica se pone en movimiento para tratar de neutralizar la amenaza a su hegemonía en el mundo occidental.

En el clímax del relato, como no podría ser de otra forma, descubriremos junto a los protagonistas algunas de las claves que, supuestamente, Leonardo ocultó en aquella obra. Lo que es realmente curioso es la afinidad con alguna de las ideas mostradas en El Código Da Vinci

En cualquier caso, este libro, sin levantar tanto ruido y, quizás, sin tanta polémica gratuita, abunda en un tema recurrente: "¿es la Iglesia la verdadera depositaria de las enseñanzas de Cristo?" ¿O es, simple y llanamente, una de las facciones de la iglesia primitiva que ha conseguido sobreponerse a las demás durante todo este tiempo? Y, la gran pregunta, "¿el cuadro de La Última Cena de Leonardo contiene realmente un mensaje secreto?"

Se trata de un relato fácil de leer, pero no por ello deja de regalarnos una trama interesante. Recomendable para quienes no se quieran enfrascar en una lectura densa pero no quieran desperdiciar su tiempo. Si lo hubiera promocionado Dan Brown, seguramente daría mucho de que hablar.