20 años después de aquel joystick todavía me siguen regalando jueguecitos. Y es que, como dice mi madre, soy como un crío (pero sin el como, añadiría yo).

En esta ocasión, mi novia, harta de que mantuviera su consola secuestrada, me ha regalado una Nintendo DS, acompañada del juego Meteos, una funda y dos peluchitos de las mascotas de Nintendo.

Es curioso, pero le ha costado encontrar la consola. Los packs de Nintendogs están agotados en casi todas partes, y para encontrar la consola suelta tuvo que recorrer hasta tres establecimientos.

Sinceramente, la pobre tenía sus dudas sobre si el regalo era adecuado, habida cuenta de que ya teníamos una consola, pero hablándolo, hemos creído que sólo por el hecho de poder jugar juntos a los juegos (y, qué narices, que ella pueda llevarse su consola, que para eso es suya) merece la pena la compra. De hecho, hoy lo hemos estado probando con el Zookeeper y el propio Meteos y es un vicio.

Ya iré comentando por aquí los juegos que tenemos, ahora que soy poseedor oficial de una Nintendo DS. Sólo me apena la carita con la que me mira mi GBA SP, pero intentaré sacar tiempo también para ella (sigue siendo mucho más cómoda como portátil que la DS).

PD: Y menos mal que no encontró la Xbox 360, también agotada en estas fechas porque, sinceramente, esta DS me ha hecho muchísima más ilusión. La consola de Microsoft tendrá que esperar a mejor ocasión, ahora mismo no me atrae en absoluto.