Si tenemos en cuenta que, a día de hoy, lo que se lleva son los gráficos brutales en tres dimensiones, el sonido surround, los first person shooters (first o third, más o menos da igual), los simuladores hiper-realistas, quién me iba a decir que en pleno 2011 iba a encontarme con uno de los mejores juegos de plataformas de la historia. Al menos de los que yo he probado, que han sido unos pocos.

Donkey Kong Country Returns Donkey Kong Country Returns

El género de los plataformas debió de ser de los primeros en aparecer. En tiempos del Spectrum y sus gráficos esquemáticos (aunque, parafraseando a Sheldon Cooper, contábamos con "la tarjeta gráfica más potente de la historia: nuestra imaginación"), la diferencia entre vivir y morir tras un salto se medía en píxeles. Esa dificultad endiablada, que pretendía alargar la vida de juegos que de por sí eran cortos, hoy día no tiene sentido. No obstante, es muy agradable encontrar algún título hoy en día que siga suponiendo un reto. Y Donkey Kong Country Returns lo es.

El juego pretende ser sucesor espiritual (y algo más) del que Rare lanzó para la Super Nintendo allá por los años 90. Está protagonizado por el primer archienemigo de Super Mario, Donkey Kong, y su "hermano" Diddy Kong (entrecomillo la palabra hermano porque, aunque se supone que lo son, Diddy es un chimpancé, mientras que Donkey es un gorila).

Nos encontramos ante un plataformas de la vieja escuela. Y un plataformas con cierta dificultad, he de añadir. Hacía mucho tiempo que no me mataban 15 ó 20 veces antes de pasar una fase, y no precisamente por mi destreza a la hora de jugar. Los juegos actuales tienden más hacia el entretenimiento, mientras que este DKCR supone algo más de reto para el jugador. Además, una vez terminado, ofrece posibilidades de rejugabilidad, ya que para completarlo al 100% debemos encontrar todas las letras K-O-N-G y todas las piezas de puzle. También disponemos de un modo contrarreloj, en el que medir nuestra velocidad a la hora de acabar cada una de las fases.

También tenemos la posibilidad de compartir la experiencia con un compañero de fatigas, en el modo multijugador cooperativo, algo ya visto en otros títulos como New Super Mario Bros Wii.

En lo accesorio, como son los gráficos y la música, el juego cumple sobradamente. Es un juego bonito de ver, con muchos detalles, como fases a la puesta de sol, con sprites sombreados. También encontraremos que, en ocasiones, la acción transcurre en varios planos (cerca-lejos), lo que añade algo más de variedad. La música es pegadiza. Yo me he sorprendido tarareándola más de una vez.

Por ponerle alguna pega, me gustaría haber podido jugar con el mando clásico, aunque el mando de Wii en posición horizontal es más que suficiente.

Si eres un jugón de los de toda la vida, no puedes dejar de jugar a este juego. Yo que ya lo he hecho, ahora me apunto la tarea de jugar a los clásicos de SNES y N64 (quizás éste no tan clásico).

Por cierto, que da la impresión de que últimamente el género goza de una segunda juventud, con los recientes lanzamientos de Kirby's Adventure para Wii y Rayman Origins para todas las plataformas actuales, por poner dos ejemplos.