Este es el libro con el que, por fin, he "estrenado" mi Kindle. Compré el dispositivo allá por el mes de marzo, pero hasta ahora no había tenido un hueco para ponerme a leer. He podido encadenar un par de viajes de tren y aquí está el resultado.

  • Autor: Orson Scott Card
  • Año: 1986
  • ISBN: 0-312-93738-5

"La voz de los muertos" ("Speaker for the dead" en su versión original, que yo hubiera traducido por "El portavoz de los muertos") es la segunda novela de la saga de Ender. Es un relato de ciencia ficción, aunque realmente creo que el foco del mismo no está en la realidad en la que transcurren los hechos, con humanos colonizando planetas fuera del sistema solar y viajes interplanetarios a la velocidad de la luz, sino más bien en los dilemas morales a los que se enfrentan los personajes.

Recordemos que, en el primer título de la saga, "El juego de Ender", el hilo argumental era la guerra contra los Insectores. En este segundo la trama se vuelve más pacífica. Han pasado 3000 años desde que Ender acabara con el enemigo y, curiosamente, en vez de salvador de los humanos fue tachado como genocida (no puedo explicar por qué sin desvelar el final del primer libro). Los humanos han colonizado planetas fuera del sistema solar y, en uno de ellos, conviven con una raza autóctona, los Cerdis, curiosos seres que son como cerdos bípedos que hablan varios idiomas.

La idea de los humanos es estudiar esta raza alienígena procurando interferir lo mínimo en su devenir; no quieren que se produzca otra tragedia como la de los Insectores. De esa tarea de estudio se encargan los xenólogos. Sin embargo, pese a las pacíficas y buenas intenciones, empieza a haber muertes.

Ender está viviendo con su hermana en el planeta Trondheim. Os preguntaréis cómo puede ser eso si han pasado 3000 años, pero es lo que tienen los viajes relativistas a la velocidad de la luz.

El caso es que Ender, que se ha convertido en portavoz de los muertos, acude a la llamada desde el planeta Lusitania para que ejerza su labor que, como su propio nombre indica, no es otra que desentrañar la vida de un fallecido y hablar sobre él en público y sin tapujos.

Estamos ante un relato muy diferente de la primera parte, pero que plantea dilemas morales al menos igual de interesantes. No obstante, el final me ha resultado un poco frustrante, no porque haya quedado abierto, sino porque se intuye por dónde van a seguir los acontecimientos, pero para ello tenemos que ponernos con el tercer episodio: "Ender el Genocida". Quizás más adelante.