Creo que la saga Prince Of Persia va camino de ser una de las más populares de este blog. The Sands Of Time, el primer título de la trilogía de Las Arenas Del Tiempo fue uno de los primeros juegos que analicé en este blog, hace más de 8 años. Posteriormente, también analicé el "diferente" Prince Of Persia, que era la bienvenida de la saga a las consolas de "nueva generación" (en aquel momento, claro). Este fue un título bastante rompedor tanto por estética como (algo menos) por mecánica, y no se llevó buenas críticas. Así que parece que las mentes pensantes de Ubi Soft decidieron volver a un estilo más acorde con el de la anterior trilogía y lanzaron en 2010, a la par que la adaptación cinematográfica (suponemos que en un hábil movimiento comercial, aunque ellos lo niegan), este título que nos ocupa: Prince Of Persia The Forgotten Sands (Las Arenas Olvidadas).

No podemos dejar de comentar que, si bien se trata de un juego multiplataforma, la versión que vamos a tratar, de Xbox 360, es diferente de las aparecidas para Wii, Nintendo DS y PSP (esta última también la jugué y acabé hará un par de años).

Como comentaba, el príncipe vuelve por sus fueros, esto es, una aventura "facilona" que combina plataformas, puzzles y combates en un entorno tridimensional bastante pulido (se nota los años de desarrollo que lleva el engine de Assassin's Creed, perdon por desconocer su nombre). Menos en lo facilón, el resto son valores que ya atesoraba el Prince Of Persia clásico (hablo del ochentero, el que Jordan Mechner para Apple II y el resto de ordenadores de aquella época).

Voy a obviar hablar del argumento. No solo por no revelar nada, sino porque pienso que es una mera excusa para desarrollar los tres cimientos citados.

El plataformeo nos recuerda mucho a las Arenas Del Tiempo. Incluyendo el movimiento de "caminar por la pared", seña de referencia carismática de la saga, el príncipe está hecho todo un saltimbanqui. Es la característica principal del juego y necesitaremos coordinar bien nuestros movimientos para ir avanzando. A la precisión en los saltos se unirán, progresivamente, la habilidad de congelar el agua y de hacer aparecer fragmentos de escenario que estaban allí en el pasado pero que en algún momento se derrumbaron. Avanzar de una localización a la siguiente no será más que el resultado de una estudiada coreografía de movimientos que, una vez aprendida, no entraña demasiada dificultad. Por si acaso nos equivocásemos y nos partiéramos la crisma contra el suelo, en esta ocasión no está Elika para salvarnos automáticamente, pero dispondremos del poder de las Arenas Del Tiempo, que nos permitirá retroceder unos segundos y volver a intentarlo.

Hay algunos puzzles de mover piezas para que ciertos engranajes se emparejen y poder acceder a lugares en principio inalcanzables. No son demasiados ni especialmente difíciles, pero nos harán paranos a pensar un poco, lo cual está bien.

Por último, los combates son, creo, la parte más floja del suelo. Se ha eliminado la posibilidad de contraatacar, mítica no sólo en el Prince Of Persia original, sino en muchas otras sagas pretéritas y actuales (me vuelve a venir a la mente Assassin's Creed). Los enemigos nos atacan en cantidad, pero su inteligencia es nula. La lucha con el jefe final tampoco plantea un reto.

En resumen, se trata de un juego que, como la mayoría de los actuales, no se trata de un reto sino de un mero pasatiempo. Entretenido, eso sí, y visualmente interesante, pero ahí queda la cosa. Son unas 10-12 horas de diversión, no medidas con exactitud (ya que el juego no aporta dicha información como sí hacen otros títulos) pero incluyendo las veces que me han matado.

El final (que esta vez sí que está incluido en el juego y no en un DLC adicional) me dejó un poco descolocado, si alguien en los comentarios lo quiere explicar...