Un año más hemos participado en la Carrera del Corazón, que este año va por su cuarta edición. Curiosamente, han sido tres participaciones y las tres "distintas", por uno u otro motivo.

En esta ocasión, he corrido los 10km con mi cuñado Paco que, aunque llevaba bastante tiempo sin correr, esta vez se ha animado con la distancia larga. Costó un poco llevarle hasta la meta, pero lo logramos. El recorrido fue semejante al de ocasiones anteriores, completándolo en un tiempo final (y oficial) fue de 1h00'27". Es un trazado bastante cómodo, sobre todo tras superar un par de repechos que se encuentran en los dos primeros kilómetros, y en el que creo que podría hacer una buena marca (para mis posibilidades) si alguna vez me empleo a fondo.

La "cruz" fue la marcha de 4,5km. En vez de discurrir también por la Casa de Campo, a última hora la organización modificó el recorrido y marcó un trazado por todo el centro de Madrid, lo cual pintaba divertido. Pero no fue así. Cuando íbamos a tomar la salida con mi hermana María y mi novia Patricia, nos informaron de que no estaba permitido correr, que tendríamos que circular por la acera y respetar los semáforos. Es decir, dar un paseo por el centro.

Aunque empezamos andando, enseguida nos pusimos a trotar, más que nada para no distanciarnos demasiado del grupo de cabeza y perdernos. Aquello parecía una gymkana, que consistía en ir esquivando peatones, ciclistas y buscando el siguiente punto de referencia, es decir, alguien de la organización que nos indicara como continuar. En resumen, un desastre.

Esperemos que para el año próximo se pongan las pilas con la marcha (que no con la carrera, que estuvo muy bien), porque para hacer eso no hace falta apuntarse a una carrera ni pagar una inscripción.