Séptima edición de la Carrera Liberty y mi sexta participación.

El objetivo, en esta ocasión, sí que era marcar un buen tiempo, es decir, mi mejor tiempo en la distancia. Podría decir que he estado entrenando para ello, pero en realidad no es así, no he sacado tiempo para planificarme una buena rutina de entrenamientos. Simplemente me lo he planteado a partir de las sensaciones cada vez que bajo a correr. Y son, simplemente, que voy más despacio de lo que voy en realidad.

Para conseguir el objetivo, en esta ocasión la táctica era ir lo más rápido posible durante toda la carrera. Después de haber corrido una media maratón, la distancia se te hace más corta (subjetivamente). Además el recorrido ya lo conozco perfectamente. Sólo iba vigilando el pulsómetro para no "pasarme de vueltas" y, también, tratando de guardar algunas fuerzas para las dos cuestas arriba que te pueden matar la marca, poco después de la mitad del trazado y al final. En ningún momento iba mirando los tiempos, tampoco me quería obsesionar con ello. Yendo rápido, el resultado tendría que llegar por sí solo.

Este año no hacía tanto frío como el pasado, pero sí bastante aire. Como casi no da el sol en toda la carrera, la verdad es que no se pasa calor. Lo que sí que había era bastante "tráfico". Como llegué con el tiempo justo a la salida no me pude colocar todo lo delante que hubiera deseado. Con todo, salí a penas 3 minutos más tarde que los primeros; un suspiro en comparación con lo que se tarda en atravesar la línea de salida en la San Silvestre, por poner un ejemplo.

Por resumir un poco el devenir de la carrera, en los primeros kilómetros de bajada podría haber ido un poco más rápido, pero no podía pasar por encima de la gente. La subida por el Paseo de la Castellana a ritmo, como de costumbre. Llegando a Nuevos Ministerios empecé a reservar un poquito para la cuesta de Concha Espina, que hice sin forzar más de la cuenta, la verdad. Una vez coronado el alto y, nuevamente cuesta abajo, unos cientos de metros para recuperar el resuello y otra vez a recuperar un buen ritmo. La última cuesta fue un poco agónica, ya que iba a 180 ppm y no quería forzar. Eso sí, como no iba mirando el cronómetro, tampoco me podía agobiar por saber si iba a hacer una buena marca o no.

Al final, paré el crono en unos buenos 49'37" (medición oficial, 49'38" según mi reloj). Con este buen tiempo, de momento, damos por finalizada la temporada de carreras hasta después del verano. Ahora toca bicicleta, que ya apetece.

Próximos retos. Tengo claro que el año que viene volveré a la media maratón, intentando mejorar la marca de este año, con la maratón como objetivo en el horizonte. Lo que no tengo tan claro es si quiero seguir intentando mejorar mi marca en los 10 km o me planto donde estoy. Lo pensaré.