Continuación del libro publicado por el equipo de EMS el año pasado en el que ahonda en otros aspectos del famoso ordenador británico de los 80
Esta sociedad se va a la mierda. No sé si se puede hacer algo, pero al menos hay que denunciar ciertos comportamientos tóxicos
Un repaso por lo que supuso el microordenador ZX Spectrum en la vida de aquellos críos de los años 80
Este año, la feria antes conocida como "MadriSX & Retro" cambia su denominación por la de "Retromadrid". La otra novedad es que, tras cuatro ediciones consecutivas yendo a exponer, este año, la gente de Speccy.org hemos decidido no acudir en calidad de expositores. No obstante, la mayoría de los componentes madrileños sí nos acercamos este sábado por el Centro Cultural El Greco para hacer la visita de rigor.
No soy muy amigo de usar el blog para dar noticias, pero creo que ésta merece la pena: Patrik Rat ha liberado la nueva beta de su emulador de Spectrum para DS, en concreto la versión 0.7.0 beta 1.
Cuando era pequeño y tenía el Spectrum, una de las máximas de mis padres durante las vacaciones era: "no llevar tele". A diferencia de hoy en día, donde se puede encontrar una pantalla en casi cualquier habitación de la casa, en aquellos años era bastante común alquilar apartamentos sin televisión. Nosotros sólo teníamos una que, evidentemente, no íbamos a llevar de viaje, ya que íbamos bastante cargados con todo el equipaje, la nevera, la lavadora (sí, teníamos una lavadora de viaje, quizás una cosa así les resulte familiar a los más veteranos del lugar).
No son los que cumplo hoy (aunque ya me gustaría pillarlos). Yo tenía ya algunos cuando, el 23 de abril de 1982, Sir Clive Sinclair presentó en el Hotel Churchill de Londres una pequeña máquina que revolucionaría la informática doméstica y, en lo personal, marcó claramente lo que sería mi futuro profesional.
He tenido el inmenso placer de colaborar (no con la dedicación y el conocimiento que me hubiera gustado) en el último lanzamiento de Compiler Software: Sokoban.
Estaba allí, cubierto de polvo, rodeado de trastos, en un puesto del rastro de Málaga (mi novia los llama "los vendedores de chatarra").
Hace poco he descubierto una herramienta que puede que dé bastante de qué hablar en el futuro. Se trata de Youtube, una página en la que podemos colgar nuestros vídeos para ponerlos a disposición.