Esta semana, uno de los blogs que suelo visitar con asiduidad (y en el que, a veces, me he animado a comentar), Microsiervos, ha decidido eliminar la posibilidad de que los lectores envíen comentarios.

La verdad es que he leído sus razones muy por encima. Argumentan que un blog sin comentarios sigue siendo un blog (por lo visto, Blogger en sus inicios no permitía esa opción; yo no conozco Blogger desde hace demasiado tiempo, pero siempre he asociado blog con comentarios). También razones operativas, de mantenimiento, y abogan porque la interacción entre usuarios se produzca de "manera distribuida" (dicho en cristiando, que cada uno escriba en su blog o comente en otros blogs "abiertos").

El caso es que, por supuesto siempre del grandísimo respeto que me merecen "los microsiervos", me entristece su decisión (aunque desde el punto de vista del mantenedor del sitio web los entiendo perfectamente, en 20minutos.es tenemos continuos dolores de cabeza con los trolls que asolan las zonas de participación). Para mí son varios los valores que ofrece un blog:

  • Temática o "línea editorial" del autor/autores.
  • Posibilidad de participar y entablar discusiones en la zona de comentarios.

Precisamente la gran diferencia que encuentro entre un blog y un foro radica en que esos "articulos generadores" de discusiones vienen de una fuente bien identificada y a quien, por uno u otro motivo, te interesa seguir.

Si eliminamos la zona de participación, creo que nos cargamos uno de los grandes atractivos del asunto. Yo, desde luego, no voy a dejar de visitar Microsiervos. Sus contenidos me resultan muy atractivos. Pero sí que voy a echar de menos la zona de comentarios; aunque no solía participar mucho, leer lo que la otra gente tiene que decir siempre enriquece. Según ellos, ahora podremos seguir haciéndolo, pero opino que de forma más incómoda.

Podría ocurrir que, como aquí todavía escribe poca gente, no tenga suficiente experiencia para comprender el problema pero, como he comentado anteriormente, es una situación que vivo cada día muy de cerca. En el periódico hemos apostado desde el principio (bueno, desde "mi" principio) por la participación del usuario, que aporta todavía más valor a los contenidos editoriales (por lo general, aunque siempre hay indeseables).