Entramos en el quinto año de publicación de este blog y, amén de los tradicionales deseos de felicidad, salud y, por qué no decirlo, un poquito de suerte, es el clásico momento para hacer balance del año vencido.

La verdad es que 2008 ha sido un año bastante aciago, sobre todo en lo personal. Empezó torcido y ya nunca llegó a enderezarse. Revisando los pocos propósitos que me hice hace ya casi un año, me doy cuenta de que no he cumplido prácticamente ninguno. Así que, casi que lo mejor que ha podido ocurrir en 2008 ha sido que se acabara. Es momento de afrontar el nuevo año con renovada ilusión, porque si no, ¿qué nos queda?

Por tanto, como primera aproximación a 2009, me propongo ir más paso a paso que buscando grandes metas, ser más paciente, más tolerante y no conformarme con lo que tengo. Suena a tópico, pero creo que es el camino que debo recorrer. También, si la salud y el trabajo me lo permiten, debo buscar una rutina diaria que me ayude a poner un poco de orden y ser más productivo, para que me cundan tanto las tareas domésticas como los ratos de ejercicio físico y el tiempo libre.

¡Feliz 2009 para todos!