Hace poco más de dos años, cuando hice los últimos (hasta ahora) cambios en la plantilla del blog, aproveché para añadir publicidad, cosa que también hice en mi canal de Youtube. La finalidad era aprender cómo gestionarlo, ya que nunca pensé que podría llegar a facturar una cantidad suficiente como para cubrir los gastos de alojamiento. Para que os hagáis una idea, en todo este tiempo la recaudación TOTAL, entre blog y vídeos, durante todo este tiempo, ha sido de 3,21€. Por comparar, el alojamiento me cuesta actualmente 4,72€ al mes; hasta el año pasado me costaba más de 6€.

El tema es que Google me avisó ya hace tiempo de que mis vídeos no recibían las visitas suficientes como para incluir publicidad, y se me excluía del plan de monetización. Bueno, son sus reglas, es lo que hay. Y, como digo, tampoco me iban a sacar de pobre.

Otra de las cosas que he ido haciendo estos últimos meses ha sido adaptar la visualización del blog para que fuera más accesible desde móviles, añadiendo una versión AMP ofrecida gratuitamente por un servicio de terceros (mientras saco un hueco para hacer la mía propia), y también haciendo adaptaciones para Facebook Instant Articles, lo que permite a los usuarios de la aplicación de la red social que accedan a mis textos de una manera más rápida. También, por supuesto, con el objetivo de aprender cómo implementar esas soluciones más que por motivos puramente lucrativos.

Pues bien, desde hace un par de semanas me di cuenta de que la integración con Facebook no funcionaba e, investigando un poco, vi que también me habían excluido por un motivo parecido: el tráfico que generan mis contenidos no es "suficiente". Por no hablar que lo que comparto no aparece siempre en los muros de la (escasa) gente que me sigue. Tampoco me quedan muchas más alternativas para llegar a esa gente.

El último episodio de este "drama" ha acontecido justo esta mañana. Me ha llegado un correo de Google con un aviso de violación de copyright musical en uno de mis vídeos, concretamente uno en el que grabé con una cámara en el salpicadero un viaje de vuelta desde el trabajo a casa. Sí, las dos canciones que se reclaman están ahí, sonando de fondo, porque son la música que iba escuchando durante el trayecto. Obviamente no pretendo lucrarme incluyendo en mis vídeos música de terceros, es sonido ambiente (y se escucha fatal). Así que, nuevamente, agacharé las orejas y eliminaré el sonido del vídeo.

Visto el percal, y puestos a quitar cosas, de momento he dejado de enlazar a la versión AMP, aunque eso me perjudique en el posicionamiento de los resultados de búsqueda. También voy a eliminar la publicidad del blog. Y no descarto eliminar más adelante el seguimiento de audiencia. Lo tengo más por curiosidad (por saber qué le puede interesar a la gente de lo que escribo) más que por los números en sí, ya que el blog no llega ni a 300 usuarios al mes. Si también me decidiera a eliminar la caja de comentarios (que tampoco usa casi nadie), creo que podría quitar el molesto aviso de cookies.

Llevo usando Internet desde mediados de los 90 y, quizás por eso, no me está gustando nada en lo que se está convirtiendo.