Mañana, tras dos años y medio, es mi último día de trabajo en Callao. No me cambio de trabajo. Las oficinas del periódico se trasladan a una nueva ubicación, en la calle Condesa de Venadito 1, a un edificio más amplio y moderno, algo alejado del centro pero en el que estaremos más cómodos.

Echaré de menos Callao. Mucho. Tanto por la cercanía a casa como por la facilidad de estar a un paso de casi cualquier sitio.

Curiosamente, hace años, en mi primer trabajo como informático (en TID), estuvimos bastantes meses en una oficina apenas unos números más arriba de la misma calle. Jamás pensé que volvería a andar por allí. Ya veremos cuánto ha cambiado la zona (si es que lo ha hecho).

PD: Sí, esta mañana se sintió el terremoto en casa. Estaba tirando cosas a la basura en el tendedero y, al volver a entrar en la cocina los cucharones se estaban moviendo, pero no le di mayor importancia.