El sábado pasado, tomando unas copillas en una cervecería irlandesa cercana a casa (y en la que se está la mar de agusto, todo hay que decirlo), vimos que habían cambiado la máquina de dardos que tenían en la planta baja por una, en apariencia, más moderna.

No se trataba únicamente de un cambio puramente estético. La máquina nueva permite una gran novedad: jugar partidas con contrincantes a través de Internet.

De la misma forma que varios jugadores pueden echar partidas de 301, Cricket y demás juegos, también se puede competir contra otras personas que estén físicamente en otro lugar, siempre que su máquina también esté conectada a la red. Aparte del típico marcador electrónico (que ya es una pantalla TFT, no una serie de leds y displays de 7 segmentos), el mueble incorpora un par de cámaras, una apuntando al frente y otra a la propia diana, de tal forma que las imágenes de nuestras tiradas se emiten en tiempo real al resto de participantes, y nosotros veremos las del jugador que esté lanzando en ese turno. También dispone de un sensor que capta si estamos lanzando los dardos a la distancia adecuada o estamos demasiado próximos.

En resumen, una nueva vuelta de tuerca (muy vistosa y con grandes posibilidades) al juego online.