Posiblemente no haya mejor forma de estrenar una consola de Nintendo que con un juego de Mario, aunque parece que últimamente se está perdiendo la costumbre de que el fontanero acompañe a las consolas en su momento del lanzamiento.

Además, en el caso de 3DS, ni siquiera se trata del primer juego de Mario, ya que primero se lanzó la entrega correspondiente de la saga New Super Mario Bros. Como es sabido, esta saga recoge una jugabilidad bidimensional más “clásica”, lo cual parece un poco ir en contra del enfoque de una consola con las letras “3D” tatuadas en su propio nombre.

El caso es que yo voy a estrenar mi consola enfrentándome por enésima vez a Bowser. Esta vez, como comentaba, en un mundo tridimensional. Pero no al estilo de Mario 64 o Mario Galaxy, con un “rellano” central y una serie de mundos a los que acceder, sino más bien a lo Mario World o New Super Mario Bros, con fases lineales en las que tendremos que recoger 3 medallas estrella, que suelen encontrarse ocultas o en lugares de complicado acceso, y castillos con jefes finales. Las medallas estrella nos permitirán desbloquear nuevos niveles, ya que no todos están accesibles desde el primer momento.

Dispondremos, como siempre, de algunos disfraces. En este caso, además de la clásica seta que nos hace convertirnos en Super Mario, dispondremos de la flor, que nos permite disparar bolas de fuego y la cola de mapache (conocida como Mario Tanuki), que nos permite golpear a los enemigos y alargar brevemente nuestros saltos por el aire.

La ambientación de los diferentes mundos es la ya conocida. Y, de hecho, tampoco he encontrado ningún puzle o situación en la que se explote especialmente el potencial 3D de la consola. Encontraremos también a los ya clásicos enemigos que hemos ido conociendo en anteriores entregas. En resumen, lo importante estriba en ser hábiles a la hora de encadenar saltos para superar los diferentes obstáculos y llegar al final de cada pantalla. Ni siquiera superar a los jefes finales nos supondrá un reto. Además, iremos bien sobrados de vidas, y si nos quedamos sin ellas siempre podremos continuar desde el último punto de salvado.

El apartado técnico es muy correcto sin grandes alardes. Contemplaremos algunas escenas intermedias muy bien trabajadas en cuanto al efecto 3D, y el desarrollo del juego transcurre suavemente, con una buena respuesta a los controles, como no podría ser de otra forma, y una buena ambientación sonora.

Para ver el final del juego, basta con recorrer los 8 mundos y acabar con Bowser en una épica batalla final. He de decir que es bastante sencillo llegar hasta aquí. Pero, en ese caso, no habremos visto todo ni mucho menos, todavía nos quedarán sorpresas por descubrir.

Para que os hagáis una idea, completar el 100% implica (aunque voy a intentar ser lo más discreto posible, no sigáis leyendo si no queréis que os desvele nada, y creed que merece la pena) recibir una valoración de 5 estrellas en nuestra partida grabada. Para conseguirlas necesitaremos: completar todos los niveles (que no son 8, sino 16) con Mario y con Luigi (otra sorpresa que nos ofrece el juego), obteniendo el banderín dorado (colgarnos en lo más alto del mástil) al final de cada uno de ellos, recoger las 303 medallas estrella.

Posiblemente éste sea el primer juego de Mario que exprimo al 100%. Ahora mismo ya tengo una valoración de 4 estrellas y me falta completar todos los niveles con Luigi para terminarlo por completo. Y tampoco se me ha hecho especialmente pesado, ni difícil, todo sea dicho. Además, una vez completado, aún queda el aliciente de completar cada nivel en el menor tiempo posible, pudiendo picarnos con amigos, lo que siempre ayuda.