Como comentaba en la anterior entrada, este año me he vuelto a apuntar a la Carrera Liberty, así que es la segunda vez que la corro y la primera que repito prueba. Lo cual viene muy bien para conocer el recorrido y saber de antemano dónde están los puntos complicados del trazado.

En esta ocasión el objetivo era bajar de los 50 minutos, objetivo que no he podido cumplir. No sé si en condiciones normales lo hubiera conseguido, pero la caminata que me marqué justo el día anterior, y de la que hablaré en otro momento, no es la mejor forma de afrontar una carrera como ésta. Ya lo sabía el sábado cuando andaba pateando el monte, pero no fui plenamente consciente hasta que me levanté el domingo por la mañana. Y una vez subiendo la Castellana ya me di cuenta de que no lo iba a conseguir. Ni siquiera en la cuesta abajo de Príncipe de Vergara me vi con fuerzas, tampoco quería que me diera un jamacuco. Eso sí, el último kilómetro lo hice en 4:30.

Mi tiempo final fue de 54:15, como se puede ver en la clasificación general, eso sí, inferior al tiempo obtenido el año pasado. Así que, por lo menos, no vamos para atrás como los cangrejos.

Como siempre, dejo por aquí el vídeo de la llegada. Aparezco a los 50 segundos por la parte derecha.

Creo que para mejorar mis tiempos debo entrenar más series de velocidad, al menos una vez por semana. Ahora no es que las entrene poco, es que no hago ninguna, y así me va.

Dentro de poco menos de dos semanas tendré una nueva oportunidad, en la Caurca.