Segundo año consecutivo que participo en el Medio Maratón Villa de Madrid. En esta ocasión, el objetivo era hacerlo mejor que el año anterior. Y, ya de paso, probar sensaciones para el siguiente reto: participar en una maratón.

Este año la prueba ha sido a finales de marzo, con el pequeño inconveniente de que ha coincidido con el cambio de hora. Con lo cual, o eres previsor y te acuestas antes o descansas una hora menos. En mi caso ha sido lo segundo, ya que ayer estábamos invitados a un cumpleaños. La salida se ha dado a las 9.05 h y, casi un cuarto de hora después, estaba pasando bajo el arco de salida. La participación en esta prueba es bastante alta, sobrepasando los 20.000 corredores, y eso hace que, tanto la salida como los primeros metros, sean un poco lentos hasta que el personal se va ubicando.

El tiempo ha cambiado radicalmente estos últimos días, y la mañana se ha presentado soleada y con una temperatura muy agradable. Eso ha ayudado, para empezar, a no pasar mucho frío durante la espera previa a la salida.

En la primera parte de la prueba, que es de subida, la idea era no forzar el ritmo. Pero cada vez que miraba el pulsómetro no dejaba de sorprenderme: iba más rápido de lo que pensaba. Supongo que los entrenamientos de las últimas semanas han servido para algo. También ir arropado por tanta gente.

En la segunda parte, a partir del kilómetro 10, tras echar mano del ya manido gel de glucosa y de casi atragantarme con el agua, la cosa no pintaba mal. No recordaba la subida de Diego de León, aunque no la he solventado del todo mal (regulando un poco, eso sí). Pero no sé qué me ha ocurrido en el kilómetro 18 que se me ha acabado la "gasolina" de golpe, y eso que es una zona llana, preludio de la subida por Alfonso XII. El caso es que ha tocado sufrir durante esos tres últimos kilómetros, sobre todo hasta entrar en el Parque del Retiro. Ahí, con un perfil llano, la meta al fondo y rodeado de gente animando, la verdad es que sacas fuerzas de donde no las tienes.

El tiempo final oficial ha sido de 1h51'28", se ve que gracias a la renta conseguida durante los primeros 15 kilómetros, y debería estar muy contento por ello. Sin embargo, yo soy como soy, y me queda un pequeño resquemor porque, tal y como se estaba desarrollando la prueba, podría haberme acercado mucho a la marca de 1h50'. Tampoco estoy seguro de haber hecho algo mal o, simplemente, que todavía no estoy preparado para ir tan rápido. Reconozco también que, a lo largo de todo el recorrido y, principalmente en esos últimos kilómetros, ver a (bastante) gente siendo atendida por los médicos te hace ser especialmente cauto. Es mejor terminar más tarde que no hacerlo.

En cualquier caso, sí que creo que el cambio de dinámica de entrenamiento de las últimas semanas, en las que alterno tiradas cortas y rápidas con otras más "lentas" y largas, ha sido para bien.

Como resumen de las sensaciones de cara a una posible maratón, esta vez el gemelo izquierdo me ha respetado, pero he acabado con dolor de rodilla (derecha) y el segundo dedo del pie izquierdo también un poco tocado. Lo de la rodilla puede ser porque tengo molestias en el tobillo de esa pierna, e inconscientemente corro en mala postura. Lo del dedo habrá que revisarlo por si tengo que cambiar de calzado.

Para finalizar, destacar el genial masaje de recuperación con que me ha obsequiado mi santa esposa, que espero que me ayude a poder ir mañana al trabajo en las mejores condiciones posibles. Aunque las piernas sólo las necesito para llegar. Una vez allí, me paso el día sentado.