Después de varios meses sin tocarlo, he vuelto a Gran Turismo Sport de la mejor manera posible. Primero os dejo con el vídeo y luego comento.

Reconozco que esta entrada— con ese vídeo —es bastante oportunista, porque es una carrera en la que parto en tercera posición y acabo ganando. Pero el grado de diversión, creedme, hubiera sido muy parecido si finalmente no hubiera conseguido ganar. Es la tensión de la carrera lo que engancha. El permanecer al acecho detrás del rival, esperando su error, intentando ponerle nervioso pero siempre con mutuo respeto y sin tocarse.

Es una sensación (la competición con respeto) que no había experimentado anteriormente en ningún otro juego de carreras online para consola. Y, por supuesto, que no ha sido emulado por ninguna IA de ningún otro juego hasta la fecha. Hay mucha gente que echa pestes de este Gran Turismo porque no es como los anteriores. Y yo me alegro de que así sea, que sea diferente, lo cual no debería de sorprender a nadie, porque ya se anunció antes de su lanzamiento (y la coletilla Sport en vez de el ordinal lo recalca todavía más) que esta entrega de la saga iba a estar orientada a la competición online y a los e-sports.

Cualquiera que haya jugado a Gran Turismo sabe que sí, hay una gran variedad de circuitos y de coches (la mayoría japoneses, todo hay que decirlo), y la sensación de conducción, sin llegar a ser de simulación exigente, no está nada mal. Pero el reto en las carreras contra la CPU consiste muchas veces en llevar nuestro coche desde la última hasta la primera posición, lo cual no es para nada realista. Se nota que el primer coche lleva un buen ritmo hasta que, cerca del final y cuando nos estamos acercando, desfallece incomprensiblemente y podemos llegar a adelantarlo, siempre que hayamos hecho una carrera sin errores y/o llevemos un coche con ciertas mejoras mecánicas. No sé a vosotros, pero a mí esto me acababa cansando. Además, siempre podíamos hacer un poco el "guarrete" y embestir a los rivales o apoyarnos en ellos en las curvas, sin penalización alguna.

A ver si este año logro sacar tiempo para participar en alguno de los eventos oficiales de la FIA. Por supuesto, por el placer de competir, sin aspiración real a ganar nada. El año pasado por unas cosas o por otras nunca llegué a participar en ninguno, y me tuve que conformar con los eventos diarios. Eso sí, disfrutando como un enano de casi todas las carreras, menos en algunas en las que, saliendo en las últimas posiciones y rodeado de gente digamos "desesperada", quedaba más frustrado que otra cosa.