Ya hablé hace algunos años de mis peripecias con la saga Metal Gear. En aquel momento, mi intención era seguir con los juegos para PSP y, como colofón, revivir una vez más el Incidente de Shadow Moses en el remake para GameCube.

Nada más lejos de la realidad. El tiempo transcurre inexorablemente, nuevos juegos se lanzan al mercado y las intenciones de este pobre jugador son volubles. El año pasado, cuando todavía no estaba convencido de dar el salto a la nueva generación, me hice con una copia digital de Metal Gear Solid V Ground Zeroes a un interesante precio de 5 euros. Al empezar a jugarlo, me encontré con un resumen de los acontecimientos previos que no quise leer de primeras. La misión que te asignan en este juego esta demo de pago consiste en rescatar a unos tales Chico y Paz que se encuentran retenidos en un campo de prisioneros. ¿Quiénes son estos personajes? Pese a que me asaltaban las dudas, seguí jugando hasta rescatar al pobre Chico, encerrado en una jaula. A Paz conseguí encontrarla, pero no rescatarla. Y ahí quedó la cosa.

Ya con la PlayStation 4, antes del verano me hice con una nueva copia, esta vez física, del Ground Zeroes y, el juego de verdad, Metal Gear Solid V The Phantom Pain. Ahora ha llegado el momento de jugarlos, ya que he escuchado alabanzas y pestes por igual y no quiero que nadie me estropee las posibles sorpresas. En este punto volvemos al asunto "Chico y Paz". Tras consultar en Google, veo que se trata de dos personajes cuya historia se cuenta en Metal Gear Solid Peace Walker.

No era yo consciente de que este juego para la portátil de Sony ocupa un lugar importante en la historia de la saga. En concreto, se sitúa entre los acontecimientos de MGS 3 Snake Eater y MGS V Ground Zeroes. Además de la versión PSP, también tengo la que viene incluida en el remaster en HD para PlayStation 3, que es la versión que he jugado. Además, este título ofrece la interesante opción de ir pasando la partida grabada de una consola a otra.

Metal Gear Solid Peace Walker Metal Gear Solid Peace Walker

Se nota que es un juego concebido para una consola portátil, en cuanto a que la historia se narra a través de diferentes misiones cuya duración suele ser relativamente corta. En este sentido, cambia bastante el planteamiento de lo que suele ser un Metal Gear. Se introducen conceptos nuevos (pido perdón por si ya había algo de esto en los Portable Ops, pero no los he jugado) como la Mother Base, que es nuestra base de operaciones, que tendremos que ir mejorando a base de captar soldados para nuestra causa (el Ejército Sin Fronteras) y desarrollando nuevas armas, vestimentas y objetos con los que equiparnos en nuestras misiones.

Por cierto, hay dos tipos de misiones: las principales, a través de las cuales se narra historia como tal, y las adicionales, que se van desbloqueando según avanzamos y que nos permitirán, en muchos casos, obtener mejoras que nos servirán para afrontar los siguientes retos con mayor facilidad.

Entre nuestro equipamiento, aparte de la habitual diversidad de armamento, aparece un nuevo gadget, el Fulton, que nos sirve para extraer del teatro de operaciones tanto prisioneros aliados como enemigos a los que hayamos dejado noqueados, y que pasarán a formar parte de nuestro ejército en la Mother Base.

Las cinemáticas no son en 3D con el motor del juego, sino que se reproducen con un estilo manga de trazos algo toscos pero que sirven perfectamente para narrar la historia. Además, algunas de ellas son interactivas, por lo que tendremos que estar atentos para actuar cuando sea necesario. Por otro lado, las ya carismáticas e interminables conversaciones de códec, sello de la saga, en este caso se sustituyen por cintas de cassette que podremos escuchar cuando estemos en la pantalla de selección de misión. El códec sigue operativo como una manera de solicitar alguna pista o ayuda, perdiendo casi todo el protagonismo.

Gráficamente el juego no está a la altura de la PS3, siendo como es un remake en HD del título de PSP. Pero lo que no me parece perdonable es que sufra de ralentizaciones cuando la carga gráfica aumenta, lo que normalmente ocurre cuando nos enfrentamos a alguno de los enemigos finales o hay muchas explosiones en pantalla. Los controles, si bien están algo adaptados, tampoco funcionan demasiado bien. En concreto, el cambio de arma funciona tremendamente mal, y muchas veces recibiremos impactos más por culpa de este hecho que por nuestra poca pericia o por el buen hacer de nuestros enemigos. Sin embargo, hay que concederle que en la portátil es todo un portento técnico. De hecho, el juego da la opción de ser instalado en la Memory Stick para mejorar el rendimiento y los tiempos de carga del UMD.

"Completar" el juego me ha terminado llevando unas 16 horas, que no está mal. Entrecomillo la palabra "completar" porque sólo he llegado a superar la batalla con el Metal Gear Peace Walker. El juego continúa con más misiones que aparecen etiquetadas como adicionales, no principales. No sé si me estaré perdiendo algo relevante. Seguro que sí, vistos los giros de la trama. Pero ya me enteraré leyendo por Internet. En principio, y como suele ser norma de la casa, no tengo la intención de acabarlo al 100%.

El juego en sí realmente me ha entretenido, y el hecho de que las misiones sean cortas y que no se abuse de las cinemáticas como en otros títulos de la saga (salvo en unos pocos casos), me hace tener una opinión positiva del juego. Eso sí, jugar a destiempo me hace perderme, como era de esperar, la posibilidad de jugar online. Lo he intentado en un par de ocasiones y, aunque los servidores estén operativos (que no lo sé a ciencia cierta), no he encontrado nadie con quien jugar.

Ahora sí, creo que ya estoy preparado para afrontar el último capítulo (y su prólogo) de la saga Metal Gear.